Pensemos el paisaje como un teatro, uno en el que el canto de las aves, el movimiento de las plantas y el andar de los animales, constituye la teatralidad para quienes ejercemos el papel de espectadores. ¿De qué nos habla el paisaje? y ¿qué pasaría si aprendiéramos a observar con otros registros?. 

Teatros del paisaje es un  proyecto que se pregunta por el tipo de teatralidad de los territorios que habitamos, apelando por una ética de la mirada en la que el teatro no impone un sentido, en la que la teatralidad opera como un encuentro entre los sentidos, para convocar nuevos significados, es decir para constituir una ecología de significaciones. Es a partir de una serie de artilugios creados en colaboración con distintas comunidades humanas y más que humanas de los lugares explorados, que se componen topoficciones, paisajes que nos permiten experienciar en territorio con cuidado y detalle. Con ellos el proyecto busca generar formatos híbridos entre la ciencia, el activismo y las artes, que posibiliten acercamientos detonadores de extrañeza, sorpresa y curiosidad para imaginar otras estrategias de preservación y promoción de nuestro patrimonio medioambiental. 

La primera entrega del proyecto es un acercamiento a Cuatrociénegas, donde el proyecto tomó la forma de una obra de docuficción que convoca entidades del valle, un lugar en el que actualmente están desapareciendo una gran cantidad de especies endémicas que son únicas en el mundo y que han evolucionado para subsistir en un ambiente que mantiene las mismas condiciones que  hace 200 millones de años, y en donde la desecación sigue asediando a la mayoría de los manantiales, ríos y estanques que en los últimos años han experimentado drásticas reducciones en sus caudales. 

Esta web es un fragmento del panorama que construimos a lo largo de una investigación de casi un año, es este lugar encontrarás un paisaje de este desierto, una topoficción que a partir de la suma de objetos, cuerpos y sonidos recolectados en los viajes realizados para la investigación del proyecto articula una historia contada desde el futuro, desde los miedos que despertaron al ver el presente, desde la sensación de que algo está a punto de desaparecer, porque estas sensaciones que atraviesan nuestros cuerpos al tocar la luz, el agua, el viento, nos traen desde la montaña algo así como una premonición, una pregunta ¿por qué encontramos agua en este lugar, cuál es su origen y cuál es su porvenir? 




Un desierto no está vacío, mucho menos muerto. Pensar así implica no tener la voluntad de entender a la vida que contiene.

Del desierto surge riqueza morfológica. Cada planta y cada animal encuentra diferentes formas de solventar los problemas de la falta de agua y de la exposición al sol. Las plantas no pueden moverse para ponerse a resguardo, así que adoptan formas que las ayudan a sobrevivir. Algunas desarrollan espinas o lanas que las cubren y las aíslan, protegiéndolas del calor y el frío excesivos. Otras tienen hojas muy pequeñas para reducir la superficie de su cuerpo que recibirá la luz del sol, u hojas que crecen verticales, como las del nopal, a las que el sol entonces toca más cuando está bajo, cuando está saliendo o poniéndose, que es cuando sus rayos son menos agresivos.  

El desierto agudiza el ingenio, quien no sea capaz de entenderlo podrá encontrar soluciones a los problemas inmediatos, pero, para sobrevivir a largo plazo, para perdurar, el desierto exige flexibilidad e inteligencia. 

Gerontología.
Diario

Wendell Minckley fue uno de los primeros naturalistas en reconocer y estudiar la diversidad de la fauna de Cuatrociénegas, y quien a más criaturas endémicas del valle consiguió localizar y clasificar. 

En 1958 Minckley se cruzó con un caparazón de tortuga que pertenecía a una especie que él no conocía. El caparazón tenía restos de algas, pero venía del desierto. La persona que lo había recogido le explicó que pertenecía a un Tortuga de Caja Acuática lo que, hasta donde Minckley sabía, era imposible: Las Tortugas de Caja son exclusivamente terrestres. Esto fue lo que trajo/llevó al biólogo a Cuatrociénegas. La Terraplene Coahuilaes la única de las Tortugas de Caja del mundo que ha evolucionado para vivir en el agua. Esa evolución sucedió aquí/allí, esta tortuga sólo existe en este/ese lugar. 

El resto de su vida Minckley lo pasó estudiando a los animales acuáticos de Cuatrociénegas, durante cuarenta años participó en el descubrimiento de más de setenta especies de animales de los que la ciencia nunca había oído hablar, porque estaban ocultos en este/ese valle. 


Biología molecular.
Diario

Desde 1960 hasta hoy la superficie del Valle de Cuatrociénegas dedicada al cultivo con riego se multiplicó por tres debido a la construcción de canales que extraen el agua de las pozas y a la apertura de pozos para riego, en la mayoría de los casos ilegales.

En la actualidad los principales canales que se alimentan de este valle son nueve. Juntos extraen casi 3200 litros de agua por segundo. Estos canales están no solo mal diseñados, sino también en mal estado. Lo que hace que se pierda, por filtración o por evaporación, más de la tercera parte del agua que se saca del valle.

El sistema de distribución también es defectuoso: solo un poco más de la mitad del agua que se entrega en los puntos de control llega a las tomas de las parcelas, el resto se pierde.

Por último, del agua que sí llega a las parcelas, solamente se aprovecha el 53%, el resto se desperdicia.

Antes de 1960 los cultivos más expandidos en esta zona eran el maíz y el trigo, después de esta fecha el cultivo más extendido es la alfalfa, que consume tres veces más agua que el maíz. La aparición de la alfalfa en el valle se debe a los cambios en los métodos de riego y, sobre todo, a la llegada de grandes compañías lecheras que se adueñaron de miles de hectáreas que antes pertenecían a ejidatarios.

El 93 % de la superficie regada de Cuatrociénegas está destinada a cultivos de forrajes, que sirven para alimentar al ganado de la industria lechera.

Estos productos están entre los menos rentables del mercado, por cada hectárea cultivada de alfalfa se obtiene una ganancia de poco más de 3 pesos. Mientras que la nuez, que también se cría en el valle, con mucho menos requerimiento de agua, genera más de dieciocho pesos por hectárea.

En promedio, por cada metro cuadrado de agua que se extrae del valle, se obtiene una ganancia de 13 centavos.

Conservacionismo.
Diario

Durante los años que había pasado investigando la zona, el doctor Minckley había llegado a la conclusión de que el agua de Cuatrociénegas pertenecía a un mar antiguo. Que era agua que había quedado depositada aquí cuando se formaron las montañas que rodean el valle, pero no podía probarlo porque la tecnología que necesitaba para esto no se había desarrollado todavía. En 2002 el equipo de la bióloga Valeria Souza consiguió demostrar que las criaturas que habitan las pozas de Cuatrociénegas no son originarias de agua dulce, sino parientes directos de criaturas marinas que evolucionaron para vivir en estas aguas que ya no son del mar. Minckley había muerto en el 2001, seguro de su teoría, pero sin llegar a verla comprobada.

Políticas medioambientales.
Diario
Documentar la crisis.
Diario

Hace algunos días Claudia Luna y yo decidimos visitar cuatro Ciénegas para recopilar elementos del territorio, durante el viaje nos reencontramos con el paisaje del valle de cuatrociénegas, para salir al campo Juan Carlos le pidió a su compañero Fernando que nos acompañara, en el trayecto él nos contó sobre su vida en el pueblo, sobre sus estudios y sobre el trabajo que ha hecho junto a la CONANP. Claudia le pregunto ¿si tú pudieras solucionar el problema de cuatrociénegas, qué harías? Fernando nos habló de proyectos de restauración en colaboración con los ejidatarios, de trabajo colaborativo, del bien común, pero sobre todo nos habló de la necesidad de repartir el agua justamente. 
¿Quién tiene derecho al agua?  

Fernando es muy consciente de que no sólo los ejidatarios tienen derecho al uso del agua, el valle mismo es sujeto de derecho, según Fernando las tortugas, las plantas y los estromatolitos también tienen derecho al líquido vital. 
¿Quién se queda con el agua y para qué? 

Durante el trayecto mientras nos zangoloteavamos en la camioneta Fernando nos habló de las transnacionales que habitan a las arribas del valle, ellas succionan el agua que la montaña genera con su respiración, los Lagos se desecaron, los cuerpos de agua comenzaron a desaparecer y en el valle la pregunta de quién se queda con el agua sigue provocando tensiones y peleas entre los habitantes. 
¿De dónde viene el agua? ¿Porque ya no llega?  

En una de las conversaciones del seminario Valeria Souza nos dijo que para entender la historia del valle teníamos que seguir el camino del agua. El camino por el que Fernando nos llevó nos permitió acceder a la poza Escobedo, al nacimiento del Saca Salada, a las dunas de yeso, lugares a los que no todos tienen acceso, de nuevo la pregunta de ¿quién puede llegar al brote de esta agua? 

Yo tomo un estromatolito de la poza y lo depositó en un frasco, tengo el permiso de Juan Carlos para llevar a ese ente a Saltillo, sólo los científicos y los activistas han tenido acceso a esta posibilidad, me pregunto ¿cómo es que el arte logró esta facultad?  

Claudia y yo seguimos el camino del agua, nos preocupa averiguar cuáles son los orígenes de su existencia y los de su actual conflicto, pero yo no sé si hacemos las preguntas adecuadas, probablemente no, así como no utilizamos un método científico para la recabación de estas especies. Llevamos minerales, fósiles, plantas, algunos fragmentos de animales como un caparazón de tortuga, agua, sulfato de calcio, rocas y residuos, estos elementos hacen parte de una colección que a tientas intenta contactar con algunas respuestas para entender la historia de este milagro ambiental y su problema actual.  

Dice Simel que el extranjero le permite a una comunidad comprender sus especificidades a partir de la comparación con ese otro, con eso desconocido, diferente. Nosotras, las artistas, las extranjeras, o las hijas que regresan a casa con otro cuerpo y otros ojos, venimos a regalarle al valle una mirada extraña. 
¿Puede la extrañeza encontrar respuestas diferentes a este problema? 

Fernando nos sigue hablando de sus propuestas para salvar el valle, él conoce muy bien a la comunidad, sabe lo que pueden y lo que no pueden hacer para solucionar la desecación, pero también sabe qué este problema es más grande que todos ellos, que es estructural, que tiene que ver con las formas con las que las instituciones funcionan y con el desahucio de las mismas, con su corrupción. Sabe que ni él ni nosotras somos salvadoras, más bien creemos que somos testigos, un testigo que es partícipe, cómplice, aliada.  

Dona dice que somos acompañantes del problema, un acompañante es aquel que nos recuerda las preguntas qué hay que hacerse para no perderse, alguien que te abraza o te alienta, es alguien que te permite proyectarte, que abre el diálogo, que comparte el problema contigo.  

Nosotras le regalamos al valle nuestra mirada extraña, nuestro asombro por encontrar agua en el desierto, nuestras preguntas y algunos de nuestros miedos. Nosotras también nos proyectamos en el valle, construimos paisajes en ese territorio, lo topoficcionamos, es decir que nos permitimos jugar con él a imaginar futuros o desentrañar el presente desde lo que nuestras posibilidades nos permiten.  

Este es un regalo muy modesto, tal vez insignificante o de poca utilidad, sin embargo este regalo habilita otras formas de contactar con el territorio, las que nosotras conocemos, y muy probablemente este regalo sea inadecuado para enfrentar un problema como el que vive este lugar.  

Aun así decidimos hacerle preguntas al valle, averiguamos y resolvimos dudas y curiosidades sobre su vida y sobre su probable muerte y venimos aquí a narrar lo que de él entendemos y experimentamos. Este será una historia contada desde el futuro, desde los miedos que despertaron al ver el presente, desde la sensación de que algo está a punto de desaparecer, porque estas sensaciones que atraviesan nuestros cuerpos al tocar la luz, el agua, el viento, nos traen desde la montaña algo así como una premonición, una pregunta ¿por qué encontramos agua en este lugar, cuál es su historia? 

Créditos:

Textos María Cecilia Guelfi, Dirección Aristeo Mora, Producción Lola Bianchin / DIVERSAmx, Dramaturgista David Gutiérrez Castañeda, Performers Dona Wiseman, Claudia Gutiérrez, Claudia Luna Fuentes, Música Kenji Kishi Leopo, Video Roberto Cárdenas, Escenografía Lucia Ortiz Arellano, Dispositivos animistas Adriana Salazar, Reliquias encapsuladas Claudia Luna Fuentes, Gráfico Fernando Orozco, Web Ricardo Pérez Arce Herrera, Editorial Adriana Camarena, Asistencia de producción Sylvia Vilchis, Comunicación Andrea Galindo.  

Este proyecto es una coproducción de: FONCA Jóvenes creadores, Festival El Aleph UNAM, Secretaría de Cultura de Coahuila, Gobierno Municipal de Cuatro Ciénegas, Coahuila a través de Turismo y Fomento Económico, Secretaría de Medio Ambiente Coahuila y Universidad Autónoma de Coahuila a través de la Coordinación General de Difusión y Patrimonio Cultural, la Dirección de Investigación y Postgrado, Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico y el Centro de Investigación para la Conservación de la Biodiversidad y Ecología de Coahuila. 

Con el apoyo de:
Solo veo blanco.
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Estoy en un desierto.
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Todo lo que iba a suceder ya ha sucediendo.
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La mujer que se sumergió en el agua.
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Estromatolitos.
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Cada gota de agua.
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En el desierto.
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Los hombres caminan.
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Textos María Cecilia Guelfi, Dirección Aristeo Mora, Producción Lola Bianchin / DIVERSAmx, Dramaturgista David Gutiérrez Castañeda, Performers Dona Wiseman, Claudia Gutiérrez, Claudia Luna Fuentes, Música Kenji Kishi Leopo, Video Roberto Cárdenas, Escenografía Lucia Ortiz Arellano, Dispositivos animistas Adriana Salazar, Reliquias encapsuladas Claudia Luna Fuentes, Gráfico Fernando Orozco, Web Ricardo Pérez Arce Herrera, Editorial Adriana Camarena, Asistencia de producción Sylvia Vilchis, Comunicación Andrea Galindo.  

Este proyecto es una coproducción de: FONCA Jóvenes creadores, Festival El Aleph UNAM, Secretaría de Cultura de Coahuila, Gobierno Municipal de Cuatro Ciénegas, Coahuila a través de Turismo y Fomento Económico, Secretaría de Medio Ambiente Coahuila y Universidad Autónoma de Coahuila a través de la Coordinación General de Difusión y Patrimonio Cultural, la Dirección de Investigación y Postgrado, Centro de Investigación y Jardín Etnobiológico y el Centro de Investigación para la Conservación de la Biodiversidad y Ecología de Coahuila. 

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El cielo está cubierto de un manto opaco y espeso de nubes que flotan bajo. Un estrato formado por una masa de aire caliente y húmedo que al chocar con la montaña asciende a capas más frías de la atmósfera y da origen a nubes horizontales que se sitúan por debajo de los tres kilómetros de altitud. Durante su viaje hacia arriba restos de estas nubes se han quedado adheridos a la superficie áspera de la sierra, como algodón que se engancha en una barba de tres días.

Del asfalto pasamos a un camino de tierra que se hace cada vez más pedregoso hasta que resulta necesario dejar la camioneta y seguir en la troca de los guías. Unos cuantos de nosotros vamos en la caja trasera y nos pasamos todo el trayecto esquivando las ramas de los mezquites que nos golpean las cabezas y nos arañan la piel.

Más o menos una hora y media después de haber salido de la casa la troca se detiene y nos bajamos. A unos doscientos metros de donde se queda el vehículo hay agua. El manto de nubes se ha hecho más fino, pero todavía no deja pasar el sol, por lo que la temperatura resulta agradable. La luz es pareja, grisácea y no produce sombras.

El aire está fresco, tengo sueño y me da pena no poder aprovechar esta  atmósfera para descansar un rato. Lo primero que pisamos al bajar de la camioneta es una tierra dura que cruje bajo las suelas de nuestros zapatos. Caminamos hacia el agua. Me imagino que el de caminar hacia el agua debe ser algo así como el instinto humano más elemental.

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Una vez que todos estuvimos cerca del agua las garzas, que hasta ese momento estaban quietas y en silencio, empiezan a revolotear y a graznar con cierta furia. Lo hacen durante al menos dos minutos. No sabemos si estos graznidos son una respuesta o reacción a nuestra llegada o si es un evento  que hubiera sucedido aunque no hubiéramos estado aquí para verlo. No sabemos si estas garzas son conscientes de nuestra presencia, si nos consideran posibles depredadores, si pretenden comunicarse con nosotros o si son el vehículo a través del cual otra entidad u organismo intenta hablarnos. Cuando acaban alguien dice que tenemos que seguir camino y todos volvemos a la troca que arranca y sigue avanzando en la misma dirección en la que veníamos, sin que yo tenga ninguna referencia (todavía está nublado, el sol no se ve) que me permita adivinar cuál es. 

Veinte minutos más de trayecto. Cuando la camioneta se detiene ya no hay nubes. No son todavía las diez de la mañana y el sol ya hace daño. El aire que sopla sigue estando más o menos fresco, pero la sensación general es de calor intenso y yo desearía que mis pantalones fueran más finos y menos ajustados. 

Nos detenemos junto a una poza circular de bordes bien definidos de unos treinta metros de diámetro. El agua es de un color turquesa completamente inesperado para mí. Junto a la poza hay construida una pequeña plataforma de madera a la que uno puede subir para ver el agua desde una altura de unos dos metros. El grupo se va dispersando en diferentes direcciones alrededor del agua. Yo me bajo del mirador y comienzo a rodear la poza, caminando lo más cerca posible del borde entre vegetación alta.

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En la camioneta, siguiendo a nuestros guías, llegamos a una poza de forma irregular. En la poza una cruz de metal, porque aquí se ahogó alguien a quien alguien quería. El reverso feliz de una lápida es que a alguien le importó esa muerte y quiso recordarla.  Entiendo que esa cruz fue puesta ahí en un momento en el que esa zona estaba seca y que el hecho de que ahora no lo esté es algo bueno. Un canal estrecho, recto y de poca profundidad se lleva el agua de  la poza hacia mi derecha, a otras pozas. También a la derecha de la poza, una construcción de piedra. De la piedra en la que se transforman los estromatolitos, que se llama Travertino. La construcción no tiene techo, ni suelo. Cuatro paredes, una de ellas con un hueco en el que debería haber una puerta, dos de ellas con un agujero/ventana de, como máximo, cuarenta centímetros de lado. Las paredes tienen al menos treinta centímetros de espesor, quizá más. Adentro de la construcción no hay nada ni parece haber habido nada nunca. El suelo es de tierra. 

Hay niebla, las montañas que nos rodean no llegan a verse. Solo se distingue lo que está dentro de un radio de unos quinientos metros. A esa distancia la atmósfera se vuelve tan espesa que se ve como un muro blanco que nos rodea y que hace que este lugar parezca una especie de limbo, un lugar que no está conectado con ningún otro, al que no se puede llegar y del que no se puede salir. Esto podría ser todo el mundo si no fuera por el viento que llega con tanta fuerza que uno sabe que viene lanzado desde lejos, desde otro lugar. El viento trae olores, partículas, esporas. Trae información y con la información la hipótesis de que otros lugares existen. Y el presentimiento de que, si existen otros lugares, también deben existir otros humanos y otras formas de vida. 

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Dona dirá esta noche que a cada cosa le corresponde la voz por alguna razón. Las flores, por ejemplo, tienen voz porque son bellas y llaman nuestra atención. Un trozo de piedra extraído del interior de la tierra, al que encontráramos a unos quince metros de profundidad, por ejemplo, podría tener  voz porque lleva aquí millones de años y ha visto suceder mucho. Un puñado de polvo que recogiéramos de la superficie, por todo lo contrario, porque acaba de llegar a este lugar y puede explicar qué de lo que aquí ha encontrado es diferente de lo que hay en otros sitios. Según qué queramos entender deberemos prestar atención a una voz o a otra. Algunas voces se hacen presentes lo quiera uno o no, es imposible no escuchar al viento y no presentir que trae noticias de cosas que no llegamos a ver, pero es muy fácil ignorar a una piedra, de naturaleza tan discreta y queda. Una vez localizada una voz queda el problema del idioma. Al principio los humanos descifraron tres grandes idiomas, el de los animales, el de las plantas y el de los minerales. Desde esa rudimentaria clasificación fueron distinguiendo más tipos de criaturas, más dialectos, e incluso criaturas de tipo mixto que eran en parte minerales y en parte plantas o animales. 

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Pasamos en este sitio un buen rato. Mauricio nos explica la función del canal, nos dice que sirve para llevar parte del agua de esta poza a otras que también se estaban secando, luego toma un estromatolito, lo saca del agua y nos invita a tocarlo. La curiosidad se sobrepone al miedo que tengo de hacer algo que lo perjudique: la superficie del estromatolito es blanda, viscosa. 

Camino un rato siguiendo el canal. No me alejo demasiado, el grupo está disperso. Me meto entre unos arbustos y distingo excrementos de al menos tres animales diferentes, por supuesto, no sé cuáles son. Me pregunto dónde están durante el día todos esos animales. No hay aquí muchos lugares en los que ocultarse, menos en los que protegerse del sol y del calor. Me doy cuenta de que para ver lo que sucede aquí son necesarios conocimientos específicos. Pienso que esta tierra no se da fácilmente, que exige a quien la habita una astucia que no es necesaria en otros ecosistemas. Que los recursos que esta tierra ofrece están más ocultos, que no es tierra para holgazanerías ni para holgazanes. 

En el camino de vuelta atravesamos el Sacasalada y nos detenemos para grabar imágenes y sonido. Lo que habíamos visto hasta ahora era lo bueno, lo que todavía resiste, lo que se está intentando recuperar, pero esto es exactamente lo contrario. Y tampoco sería justo echarle toda la culpa a quienes necesitan esta agua, a quienes no están dispuestos a entregar el poco control que tienen sobre sus vidas a la esperanza de un hub biotecnológico que, probablemente, tampoco los beneficiaría demasiado. 

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Silvia González es geoarquéologa y forma parte de la Escuela de Ciencias Naturales y Psicología de la Liverpool John Moore´s University, en el Reino Unido.


Configuración geológica del valle de Cuatrociénegas

Hace unos cien millones de años el área que hoy ocupa el valle de Cuatrociénegas estaba cubierta por el mar. En ese mar sucedían procesos químicos que hacían que grandes cantidades de carbonato de calcio se depositaran en el fondo en capas horizontales. Luego, las fuerzas tectónicas comprimieron estas capas y las elevaron, formando las montañas de la curvatura deMonterrey. Las sierras que rodean Cuatrociénegas son de carbonato de calcio o piedra caliza, que es un material muy poroso, por lo que el agua que cae sobre su superficie en forma de lluvia penetra en su interior y se acumula en el valle.

La diferencia entre este lugar y el resto del desierto es que aquí, bajo la tierra, hay una gran fuente de calor, magma (de hecho en los valles cercanos hay pequeños volcanes), que calienta el agua y la hace salir por las fosas termales.

La presencia de esta agua hizo que la zona se convirtiera en un refugio para humanos y animales hace miles de años. Cuando el equipo de trabajo de Silvia estudió el lugar realizó una serie de perforaciones en el centro del valle. Excavaron solo hasta quince metros de profundidad debido a que la caliza es difícil de perforar, pero eso bastó para llegar a piedras de ochenta mil años de antigüedad. Ahora, con esas muestras, se está intentando determinar qué cambios climáticos ocurrieron en el valle durante este período de tiempo.


Asentamientos humanos en Cuatrociénegas

Existe evidencia de que los humanos llegaron aquí hace al menos once mil años, durante un período más húmedo que el actual. En ese momento la zona presentaba mucha más vegetación, de ahí que se establecieran aquí. Después, hace unos ocho o nueve mil años, comenzó un período de desecación que convirtió al área en el desierto que es ahora. Este proceso finalizó hace cinco mil años.

Estamos acostumbrados a ver a los habitantes del norte de México con los ojos de los mesoamericanos, que los creían salvajes. Sin embargo, las comunidades que habitaron con éxito los desiertos de nuestro país lo hicieron porque supieron explotar sus recursos. Al contrario que los pueblos de la parte central de México, estas comunidades no tenían arquitectura, no hay evidencia de que tuvieran casas ni de que usaran las cuevas más que como refugio ocasional y lugar de ceremonias y entierros. Se encontraron restos de fogatas, herramientas y flechas, pero no tuvieron cerámica porque nunca necesitaron almacenar cultivos. Los Coahuilenses fueron cazadores-recolectores hasta que en el siglo dieciocho los jesuitas los encerraron en misiones donde se extinguieron, probablemente debido a las enfermedades.


Restos arqueológicos en Coahuila

Debido a las condiciones climáticas del desierto, muchos de los restos humanos que se encuentran en las cuevas mortuorias de Coahuila están momificados. Esto significa que se les pueden hacer estudios de ADN, que se puede averiguar si los cuerpos encontrados juntos pertenecieron a integrantes del mismo clan o no, si habían vivido aquí siempre o si habían llegado de otros lugares. También se cuenta con muestras de pelo que permiten saber qué comió la persona un mes antes de morir, o dos, o diez. Interpretando tanto la química como la morfología de los restos humanos se puede hacer un retrato completo de los antiguos cuatroceneguenses.

A principios de los 2000 Silvia participó en la investigación de unas huellas que se habían encontrado cerca de una de las pozas a mediados de los sesenta, y que se habían conservado dela siguiente manera: Las pozas contienen gas que sale del agua llevando consigo pequeñas cantidades de carbonato de calcio, este cae y se deposita sobre la tierra en forma de finísimas capas que se van superponiendo y endureciendo, habiendo adoptado la forma del terreno. Al material resultante de este proceso se le llama Travertino. La edad de la huella se determina averiguando la cantidad de uranio que se conserva dentro de las capas de carbonato de calcio.Ahora sabemos que esas pisadas tenían siete mil doscientos años.

Geo-arqueología

La geo-arqueología consiste en la aplicación de técnicas geológicas a la resolución de problemas arqueológicos. Es un enfoque que sirve para pensar cómo se formaron los sitios históricos y para entender por qué y cómo se ha conservado lo que se ha conservado. El objetivo de esta metodología es reconstruir el ambiente en el que vivía una comunidad para comprender qué hacían y por qué. Entender la morfología de un territorio nos permite entender el comportamiento de las criaturas que lo habitaron.

En el caso de las excavaciones de la poza Tierra Blanca mencionadas al principio, se estudió el polen que quedó atrapado entre las capas de roca. De esta forma se reconstruyó el entorno vegetal que las rodeaba. También es posible averiguar a qué temperatura se formó una roca. La combinación de estos datos permite hacer una reconstrucción bastante detallada del paleoambiente. A partir de ahí, se pueden “situar” los restos arqueológicos en su propio entorno para observar cómo se explican uno a otro (observar, por ejemplo, si las plantas que encontramos coinciden con las que componían la dieta de los esqueletos, o con las fibras naturales con las que confeccionaban su indumentaria).

Sobre el contraste entre el interés que Cuatrociénegas despierta en la comunidad científica y académica y el aparente desconocimiento de su valor entre los habitantes del valle, Silvia subraya que para cualquier iniciativa, artística, científica o de conservación del medio ambiente, la divulgación de la importancia de este territorio debe ser una prioridad. Antes de dar noticia ala comunidad nacional o internacional, hay que trabajar con la población local que es quien verdaderamente tiene el poder de preservarlo y protegerlo1.




1 En ocasiones se percibe cómo desde la academia se culpa a los autóctonos de no conocer el lugar ni su valor, pero es necesario tener en cuenta que conocer el entorno de Cuatrociénegas resulta muy costoso. Gran parte de las áreas naturales de interés están privatizadas y cobran una entrada que no es accesible para la mayoría de los habitantes de la zona. La Casa de laCultura de Cuatrociénegas, por otra parte, desde la que se hace un gran esfuerzo orientado ala difusión del patrimonio, no cuenta con fondos suficientes para actualizarse ni para realizarlas actividades necesarias. (Comentario de Aristeo Mora).

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Valeria Souza.
Investigador Titular C; Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Ecología. Pride D; SNI nivelIII. Obtuvo la licenciatura (1983), la maestría (1985) y el doctorado (1990) en la Universidad NacionalAutónoma de México. tuvo 2 posdoctorados bajo la tutela del Dr. Richard Lenski, primero en Universidad de California en Irvine (1990-92), y después en Michigan State University (1992-93). Es investigadora en la UNAM en el instituto de Ecología desde 1993. Valeria Souza Saldívar, investigadora del Instituto deEcología (IE) de la UNAM, ingresó a la Academia Americana de Ciencias y Artes (AAAS) de Estados Unidos, en la categoría de Miembro Extranjero Honorario, por sus méritos en la vinculación entre ciencia y sociedad, en particular entre estudiantes con Cuatro Ciénegas, considerado uno de los humedales más importantes del mundo.

Valeria dice de Cuatrociénegas que estaba en su destino porque le tocó la puerta, literalmente, el día en que la NASA envió a alguien especialmente contratado para convencerla de que fuera a estudiar el valle. En ese momento, a finales de los noventa, el trabajo de Valeria estaba centrado en entender la relación entre las bacterias y los organismos que las hospedan. Valeria estaba empeñada en descubrir qué es lo que hace que esa relación funcione bien en muchas ocasiones (como funciona con los millones de bacterias que habitan nuestro cuerpo), pero en otras resulte en enfermedad.

El responsable de que la agencia espacial de Estados Unidos se hubiera interesado por Cuatrociénegas fue el biólogo Wendell Lee Minckley. En 1997 Minckley explicó a la NASA que los minerales que se encuentran en el valle son los mismos que los que se pueden encontrar en la superficie de Marte y que, por lo tanto, este lugar es el mejor símil que podemos encontraren nuestro planeta del primitivo ecosistema marciano. Cuatrociénegas tiene el potencial de ayudarnos a entender cómo puede desarrollarse la vida en Marte. Minckley era un experto en peces (una especie endémica del valle de Cuatrociénegas lleva su nombre), pero sabía que la forma de convencer a la NASA de la importancia de este lugar era a través de sus bacterias, delos estromatolitos.

Durante su posdoctorado Valeria había colaborado en un experimento llevado a cabo por el biólogo evolutivo Richard Lenski. El trabajo consistía en replicar la evolución temprana de doce bacterias para averiguar cómo estas se diversifican, es decir, cómo surgen de un mismo antepasado nuevas especies de bacterias.

Cuenta Valeria que las pozas de Cuatrociénegas se parecían mucho a los frascos en los que Lenski almacenaba las bacterias para observar su evolución. Antes de empezar los experimentos, la NASA le había dicho que en el agua de las pozas había pocos nutrientes y que, por lo tanto, no cabía esperar que tuviera gran cantidad de “habitantes”, pero eso no fue así. La diversidad de Cuatrociénegas se ve fácilmente: en una bandeja de Petri las diferentes bacterias aparecen como una constelación.

Una vez en el valle, Valeria entendió que todo lo que había aprendido no servía para entender ese lugar que era diferente a todo. Para empezar ¿qué hace ahí el agua? Minckley sentía en sus huesos que el agua de Cuatrociénegas era agua de mar, pero no tenía herramientas moleculares para probarlo. Él le dijo a Valeria que su trabajo sería demostrar que los caracoles del manantial de La Becerra estaban comiendo allí las mismas bacterias que sus antepasados habían comido hace doscientos mil años, en el océano Pacífico.

La evolución de la biología molecular corre paralela a la vida de Valeria, las dos nacieron el mismo año. A medida que Valeria se iba formando como bióloga también se iba desarrollando la tecnología que le permitiría llevar a cabo su trabajo en Cuatrociénegas. Las herramientas que necesitaba para demostrar que el agua del valle era, de alguna forma, el mar, fueron apareciendo en el momento oportuno. Si Valeria hubiera llegado a La Becerra tres años antes no habría podido disponer de la tecnología molecular que necesitaba para demostrar la presencia del mar, si hubiera llegado tres años después, el valle ya habría estado irremediablemente muerto.

En 2002, después de poco más de un año de trabajo, se observaron los primeros resultados: Ocho secuencias de ADN que demostraban que los bichos que habitaban las pozas eran parientes directos de criaturas marinas antiguas. Las bacterias de Cuatrociénegas hablaban del mar.


Cuatrociénegas es una máquina del tiempo.

Bajo la sierra San Marcos hay magma, el agua baja, se calienta y vuelve a subir, igual que lo hace en los géiseres de Yellowstone. La diferencia está en que aquí el magma está al doble de profundidad, diez kilómetros debajo del suelo. Por eso el agua, al subir, no emerge violentamente, sino que se va enfriando durante su recorrido para salir a la superficie a 32º C.Los científicos tardaron casi veinte años en entender que fue la montaña la que guardó a las bacterias durante miles de años en su interior, en pequeñas cavidades de arcilla. Dentro de la montaña el agua se mueve y cambia, pero en las cuevas se conservaron las condiciones para la supervivencia de estas formas de vida que llevan aquí millones de años, desde mucho antes de que esto fuera un desierto.


Qué puede decirnos hoy Cuatrociénegas.

La lección más importante que podemos aprender de este valle es que la diversidad se protege a sí misma. Las comunidades de bacterias de Cuatrociénegas no han sido invadidas por ningún organismo patógeno externo porque un ecosistema diverso es fuerte. Igual que sucede con el microbioma interno de un humano: si tienes una gran variedad de bacterias viviendo dentro de ti, es menos probable que te enfermes. Pero la diversidad también es frágil, y por eso debe ser mantenida, no sólo aquí, sino en todos lados. Cuando deforestamos un bosque o tumbamos un monte borramos un ecosistema y, al hacerlo, disminuimos la diversidad. Eliminar un ecosistema significa eliminar un ambiente en el que millones de bacterias conviven, se relacionan y se protegen mutuamente de agentes invasores que serían perjudiciales, tanto para ellas como para nosotros y el resto de los animales. Todos, por lo tanto, nos volvemos más vulnerables. Cuando se empuja un ecosistema al límite se acelera la selección natural, la supervivencia sólo del más fuerte. Lo mismo que pasa en los hospitales llenos pasa en la tierra. La diversidad se cuida a sí misma, pero debe ser mantenida.

La cantidad de antibióticos nuevos, desconocidos, que pueden producir las bacterias de Cuatrociénegas es inimaginable. El valle tiene recursos genéticos que ningún otro lugar tiene.Aquí están las soluciones para la agricultura del futuro, para cuando se nos acabe el fósforo, que es algo que ya está ocurriendo. En estos manantiales no está el origen de la vida, o sí, no lo sabemos y puede que no lo sepamos nunca. Lo que sí sabemos es que aquí está la respuesta al mayor misterio de Darwin: cómo se ramificó la vida, cómo se formaron todas las formas de vida que existen a partir del último ancestro común al que podemos rastrear, cómo una bacteria evolucionó hasta convertirse en todas las formas de vida que conocemos. Pero para que Cuatrociénegas pueda contarnos esto necesitamos el agua, porque es el agua lo que mantiene vivas a las bacterias, y el agua se la está llevando la alfalfa. Una alfalfa que vale dos pesos el kilo, regada con agua de un valor incalculable.

El nuevo reto, entonces, era demostrar que los dos valles de junto estaban conectados y que si sacabas agua de uno los vaciabas todos. Entre 2004 y 2007 cayó el manto freático treinta metros.Algunos ejidatarios empezaron el pleito con el gobierno de México para salvar el valle. Por primera vez en México herramientas de biología molecular se ponían en funcionamiento para salvar al medioambiente.

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Mauricio de la Maza. El Dr. Mauricio De la Maza Benignos se graduó con honores summa cum laude en el doctorado en Ciencias Biológicas y Desarrollo Sustentable en la UANL; tiene una Maestría en Administración (MBA) por la universidad de Lancaster enReino Unido con programa de intercambio en Lyon, Francia, donde se especializó en Planeación estratégica y mercadotecnia. Es Ingeniero Agrónomo Zootecnista por el Tecnológico de Monterrey y Licenciado en Derecho con mención honorífica de excelencia por el TecMilenio, México. Actualmente cursa la Maestría en Arte Cinematográfico y Multimedia en la Escuela Superior de Cine y Multimedia Ilumina. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores(SNI 1). En 2020 recibió del Programa Internacional y Fronterizo del Departamento de Caza y Pesca de Arizona,  E.E.U.U., el Premio a la Conservación, que otorga dicha agencia gubernamental, por su trayectoria profesional a favor de los humedales y la vida silvestre en la región transfronteriza entre ambos países. Ese mismo año produjo, filmó y dirigió el documental Ad memoriam rei perpetuam, mismo que fue oficialmente seleccionado para exhibición dentro del festival de cine internacional, Wildlife Conservation Film Festival (WCFF). En el 2015, fue galardonado con el premio de investigación de la UANL al mejor documento de investigación en el área de Ciencias Naturales durante el2014; en el 2014 recibió el premio Dr. Jose Alvarez del Villar por la Sociedad Ictiológica Mexicana a la mejor disertación de doctorado; en 1994 le fue otorgada la medalla de “Mejores estudiantes de México” por el CONACYT y el InstitutoMexicano de Cultura, impartido por el presidente a los mejores estudiantes graduandos. Antes de trabajar en Pronatura Noreste, fue director del Fondo Mundial para la Naturaleza para los programas de conservación en el norte de México y suroeste de los Estados Unidos. Ha editado libros, escrito capítulos de libros y publicaciones científicas en diversos campos académicos. También ha desarrollado análisis jurídicos y trabajo de política pública en materia de agua dulce, del ambiente natural y del desarrollo sostenible, así como ha producido y dirigido un número importante de cortometrajes y mediometrajes documentales. Desde el 2011 hasta enero de 2021 fue director general de la organización Pronatura Noreste. Presidente. De 2015 a 2020 fue el primer vocal ambiental y Presidente Suplente del Consejo de Cuenca Río Bravo. Actualmente trabaja como profesionista independiente, es miembro del consejo asesor de AESPAC, A.C., y director de “De la Maza Consulting and Films”.


Cómo nace Pronatura

Pronatura fue formada hace casi cuarenta años por un grupo de personas que se dieron cuenta de que estaban desapareciendo la flora y fauna mexicanas. Desde entonces hasta hoy ha evolucionado hasta ocuparse de asuntos más generales relacionado con cómo utilizamos el paisaje, cómo formamos parte de él. Mauricio ya no pertenece a Pronatura, pero sigue trabajando en la conservación del medio ambiente desde otras organizaciones.


El medio ambiente como derecho y obligación.

¿Cómo podemos los humanos administrar los recursos naturales sin deteriorarlos? Para encontrar una respuesta a esta pregunta hay que empezar por reconocer al medio ambiente no solo como algo que tenemos el derecho a gozar, sino como algo que el Estado tiene la obligación de mantener y garantizar.

Mauricio explica que, en su opinión, en México ya existe un marco legal con el que fundamentary garantizar la preservación ecológica. Este marco no es otro que el artículo cuarto de la constitución, que reconoce que toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano en el que desarrollarse.

La Ley de Aguas Nacionales de 1992 contempla algo a lo que llama caudal ecológico, que es el caudal mínimo que tendrían que tener todos las fuentes de agua, incluyendo los acuíferos, para mantenerse y conservar el equilibrio ecológico de los ecosistemas.

Por otra parte, según lo explica Mauricio, el derecho a un medio ambiente sano es uno de los Derechos Humanos y, como tal, está regido por dos principios:

− Principio de progresividad: No se puede retroceder en el reconocimiento de un derecho. Una vez que se reconoce la figura del caudal ecológico, es forzoso avanzar en la obligatoriedad de su cumplimiento.
− Principio de interdependencia: Los Derechos Humanos dependen unos de otros. El derecho al trabajo de, por ejemplo, los ejidatarios que cultivan alfalfa, no está por encima del derecho al medio ambiente sano, ni del derecho al agua. No se puede garantizar ninguno a costa de los otros, es obligatorio encontrar el modo de garantizar los tres.


En casos como el de Cuatrociénegas el derecho al agua y el derecho al medio ambiente sano pueden contraponerse. La comunidad depende de este manantial, pero el uso que hace de él lo deteriora. Secar un manantial para atender al derecho humano al agua atenta, en este caso, contra el derecho al medio ambiente sano. Sin embargo, la antinomia es solamente aparente porque, paradójicamente, si se seca el manantial, el ejercicio del derecho al agua acabará atentando contra sí mismo.

Cualquier ser humano está habilitado a demandar que se proteja Cuatrociénegas por su valor intrínseco. La protección de Cuatrociénegas es una causa de interés público que está por encima de la causa de un grupo minoritario que, si bien tiene derecho a trabajar y a aprovechar el medioambiente, no tiene derecho a extinguirlo.

El mantenimiento de los recursos naturales es un deber compartido entre el Estado y los ciudadanos, pero siendo el Estado dueño del monopolio de la fuerza, es quien tiene que asegurar que las leyes se cumplan. Teniendo en cuenta que en asuntos intangibles, como lo es el proceso de degradación ambiental, resulta políticamente más caro hacer que no hacer, es necesario forzar a la autoridad a que ponga orden para que no impere la ley de la selva.


Acciones de Pronatura en Cuatrociénegas

Una de las tres formas que reconoce la Ley de Aguas Nacionales de organizar el reparto de este recurso es a través de la concesión de títulos. En 2009 Pronatura adquirió un título para uso agrícola del agua que le daba derecho a veinticuatro millones de metros cúbicos anuales. El objetivo era no utilizar esa agua para permitir que se quedara en el valle, sin embargo, la no utilización del agua concedida resulta, por ley, en la pérdida del título. Por esta razón Pronatura comenzó un litigio mediante el cual consiguió en 2014 que se le concediera el primer título para uso ambiental de un volumen de agua a nombre de una asociación civil.

Este título, además, le dio derecho a obtener una vocalía con voz y voto en el Consejo de Cuenca del Río Bravo. Lugar desde el que Pronatura pudo ejercer cierta presión para que la Conagua cumpliera con los compromisos que había adquirido en el sexenio de Calderón y cerrara el canal de Santa Tecla. Medida esta que no encontró demasiada resistencia, debido a que este canal solo alimentaba el pequeño ejido de Nuevos Mineros.

Después de esto Pronatura intentó destinar una parte de los metros cúbicos que le correspondían por concesión a la poza La Becerra, pero la Conagua se negó, razón por la cual hay un proceso judicial en curso.

Una de las últimas acciones que Pronatura llevó a cabo en el valle de Cuatrociénegas se planeó a partir de la detección en la Lgeepa1 de un artículo que indica que cualquier ciudadano puede intervenir para interrumpir o evitar una situación de deterioro o pérdida de un ecosistema, quedando obligado a dar cuenta a las autoridades de sus actos dentro de las cuarenta y ocho horas posteriores a su realización. Amparándose en esta ley, y teniendo estudios científicos que afirmaban que, de mantenerse el ritmo de extracción de agua, la poza de La Becerra estaría se caen un período inferior a los dos años, Pronatura taponó el conducto que conducía al Sacasalada y dio aviso a las autoridades. Cuando la Conagua y los ejidatarios se presentaron, se interpuso un amparo legal que se ganó bajo el precepto de in dubio por natura, es decir, ante la duda se actúa en favor de la naturaleza. Con esto consiguieron la primera sentencia en la que se considera legítimo que un ciudadano común actúe en protección del medio ambiente.

A modo de reflexión final Mauricio señala que uno de los errores que reconoce en las estrategias que llevó a cabo como parte de Pronatura es no haber empezado el trabajo en Cuatrociénegas por sus habitantes. Sin embargo, también señala que hay que considerar que los habitantes de Cuatrociénegas no son una unidad, que tienen diferentes intereses, algunos de los cuales no son legítimos o legales. El discurso de algunos es sincero, pero el de otros es interesado y falaz. El agua es una moneda de cambio político, el agua es poder.


1 Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.

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Carlos Alberto Sifuentes Lugo - director regional - CONAMNP.


Adjudicación de categoría de Área Protegida

Cuando se detecta un territorio con elementos de valor ecológico que no han sido excesivamente deteriorados por la intervención humana, se da noticia de la existencia del mismo a la Secretaría de Medio Ambiente, que es quien inicia el proceso formal de nombramiento. Este primer paso generalmente lo dan propietarios de terrenos cercanos a la zona, ciudadanos y ONGs, frecuentemente respaldados por una universidad que aporte argumentos científicos.

Para continuar el proceso la Secretaría de Medio Ambiente contrata a una universidad o grupo de investigación independiente para que elabore un estudio previo. Este estudio también recogerá los testimonios de los agentes antes mencionados y, en general, de cualquier persona, grupo o institución que manifieste tener información relevante sobre la zona en cuestión. Una vez redactado, el informe se somete al escrutinio de la Comisión Nacional de Áreas protegidas y de la propia Secretaría de Medio Ambiente. Si estas dos entidades coinciden en que las características del territorio son de relevancia suficiente, el expediente se traslada a la presidencia de la república para que el presidente de turno emita un decreto que será de carácter nacional, declarando a la zona Área Protegida.

Una vez el decreto presidencial sale en el Diario Oficial de la Federación comienza el proceso de elaboración del Programa de Manejo, cuyas características dependerán de la categoría de ÁreaProtegida que se le haya asignado al lugar. Según la Ley General del Equilibrio Ecológico yProtección del Medio Ambiente existen varias categorías de Área Natural Protegida: La modalidad más antigua es la de Parque Nacional, luego se tipificaron las de Reserva de la biósfera, Monumento natural, Área de Protección de Recursos naturales, Área de protección de fauna y flora (que es el caso de Cuatrociénegas) y Santuarios.

Cada modalidad tiene sus particularidades. Las Áreas de Protección de Recursos Naturales, por ejemplo, son de normativa bastante flexible, en ellas se permiten actividades agrícolas, ganaderas y el aprovechamiento de fauna silvestre. El Parque Nacional, en cambio, es la modalidad más restrictiva, solo permite actividades de turismo, restauración, investigación y educación, sin ningún uso de sus recursos naturales.

El Plan de Manejo es el documento que establecerá qué se puede y qué no se puede hacer en el territorio. Si procede, el área protegida se dividirá en diferentes zonas, para ordenar el tratamiento particular que se le habrá de dar a cada una.

Cuatrociénegas es un Área de Protección de Flora y Fauna según el decreto presidencial del 7 de noviembre de 1994. Esto significa que se reconocen las actividades ganaderas, agrícolas y de extracción de yeso que allí se desarrollan, y que, por otro lado, hay zonas específicas con normativas muy estrictas en las que las únicas actividades permitidas son la investigación y la educación.


¿Cómo debe concebirse la conservación?

Para Carlos la conservación de un paisaje implica entender las diferentes necesidades de cada una de sus partes. La conservación, entonces, implica desde la protección de los elementos del territorio que no deban ser siquiera tocados, como la poza de La Becerra, hasta la búsqueda deformas respetuosas de aprovechamiento de recursos que generen economía. La declaración deÁrea Protegida en México no implica expropiación en ninguno de los casos, quien sea dueño dela tierra seguirá siéndolo, por lo que es necesario que la legislación del territorio contemple las necesidades de propietarios y ejidatarios, y que incorpore esas necesidades en el Plan deManejo. Conservar es, entonces, proteger, pero también aprovechar, remediar donde haga falta y hasta reconstruir en ocasiones.


Recursos naturales y su administración.

La legislación mexicana considera a los recursos naturales como propiedad de la nación. Para poder utilizarlos, el propietario de un terreno debe pedir al gobierno federal una concesión de aprovechamiento. El desconocimiento de esta legislación suele ocasionar conflictos. Los propietarios consideran que los recursos dentro de su predio les pertenecen y que los pueden usar según su criterio, lo cual es un error.

Gestionar la conservación en Cuatrociénegas es especialmente difícil porque hay un gran territorio que tradicionalmente depende del agua de estos humedales. La distribución de la dotación de agua no corresponde al personal de Áreas Protegidas, sino a la Comisión Nacional del Agua. Es necesario que estos dos organismos trabajen en consonancia porque la protección del agua es la verdadera razón de ser del decreto del 94. Desgraciadamente, la CONAGUA ha empezado a prestar atención a este asunto recién ahora que el acuífero está muy disminuido, y se ha encontrado con la resistencia de mucha gente que no acepta que se le reduzca la cantidad de agua que se le asignó hace treinta años.


Intereses en Cuatrociénegas

Cuando en 1994 la Comisión de Áreas Naturales llegó a Cuatrociénegas la gente se quejó de que la declaración de Área Protegida le iba a impedir beneficiarse del turismo. En ese momento esta localidad tenía dos hoteles. Hoy tiene veintiocho y genera más ingresos por el turismo que por la agricultura y la ganadería1. Un área protegida, dice Carlos, puede ser una estrategia para dar más y mejor uso a los recursos naturales. Para esto es imprescindible que los propietarios colaboren no causando nuevos ilícitos y haciéndose responsables del cuidado de los recursos, dado de la CONANP no cuenta con medios para controlar todas las actividades. También son necesarios estudios de la capacidad de carga de los diferentes lugares que determinen cuántas personas pueden hacer uso de una zona determinada sin afectar negativamente a su ecosistema.

Lo lógico sería que los ingresos generados por el turismo sostenible despertaran la conciencia de la importancia del cuidado del agua. Sin embargo, empiezan a verse iniciativas de negocio que no parecen apuntar a un turismo respetuoso ni de bajo impacto. Si la industria turística de Cuatrociénegas continúa creciendo en esta dirección, llegará el momento en que haya que limitarla. Para esto el Plan de Manejo es la principal herramienta jurídica que, además, se renueva cada seis años, lo que da la posibilidad de cambiar una zona de turismo a una zona de actividad más restringida, si es necesario. Así es como el personal de la CONANP puede ir adaptando la reglamentación a los cambios que ocurren en la zona, decidiendo, por ejemplo, dónde pueden seguir entrando la gente y los carros y dónde no.


1 Pero ¿quién se beneficia de la efervescencia de este turismo? Los nuevos hoteles de Cuatrociénegas no son el fruto de una inversión local, sino de la llegada de capitales externos que modifican el paisaje político del pueblo. (Intervención de David Gutierrez.)

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David Jaramillo.

Estudió Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM (1996-2000). Premio al Fotógrafo Joven en la 6ª. Bienal de fotoperiodismo 2005. Segundo lugar por la SEMARNAT en “México Mega Diverso”. La fotografía documental en culturas indígenas, medio ambiente y derechos humanos; investigaciones que ha publicado en medios nacionales e internacionales como: Doubletruck Magazine. (California USA), Tageszeitung, News paper. (Berlín-Alemania), Days Japan, Magazine, (Tokio Japón) Science | AAAS Magazine (USA). Opera Prima (2018) “Cuatro Ciénegas” (71minutos). Exhibido en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y seleccionada en el FICG33 (2018) y ECOZINE, Zaragoza España, 2019. Editor y fotógrafo en el libro titulado ¨Parpadeo Cósmico¨ (2020) sobre el valle de Cuatro Ciénegas. Iniciativa de publicación por la Dra. Valeria Souza Saldivar (UNAM). Investigación de más 8 años donde reitera su compromiso por la conservación del medio ambiente a través del arte y la ciencia.

La primera vez que David Jaramillo se cruzó con una imagen de Cuatrociénegas fue en un número de la revista de National Geographic. Como si alguien lo hubiera planeado, un mes después la directora de Concentrarte lo invitó a participar en unos talleres de sensibilización ambiental que iban a suceder allí. Fue durante esos talleres que Jaramillo escuchó hablar de los estromatolitos por primera vez y donde entendió que el drenaje de agua para riego de cultivos de alfalfa era un problema para la supervivencia del valle.

Conoció a Valeria Sousa de casualidad durante ese primer viaje. En seguida improvisó una entrevista que grabó como pudo, acomodando su cámara sobre unos libros a falta de un soporte más profesional. Poco después fue Valeria quien se puso en contacto con él para que la ayudara a editar un libro. Juntos, la científica y el cineasta editaron un coffee table book sobre Cuatrociénegas y sobre toda la vida que tiene a este valle por hogar. Jaramillo pensó entonces que, además del libro, quería hacer una película.

En total cuatro meses de estadía en Cuatrociénegas. Nueve viajes, a veces junto al resto del equipo, a veces solo, teniendo que resolver sin ayuda de nadie todos los aspectos del rodaje.Según lo cuenta Jaramillo, los procesos creativos y de rodaje del documental tuvieron que adaptarse al desierto para poder suceder, de la misma forma en que las plantas y los animales se adaptan a los cambios de temperatura, al sol y a la escasez de agua. Era necesario dormir en el monte durante varias noches para retratar un Cuatrociénegas que no fuera el que vemos en las fotografías turísticas1.


El artista como testigo

Los cinco años que tomó hacer el documental le permitieron a Jaramillo presenciar la desecación del valle, captar, gracias a Don Martiniano, antiguo guardián de la poza La Becerra, cómo el río Garabatal se secaba. Este río solía desembocar en el manantial principal, alimentándolo, pero fue desapareciendo a medida que se extraía de él el agua mediante canales que la llevaban a las cerca de 800 haciendas que componen el ejido. La extracción se hacía mediante canales porosos que, además, filtraban gran parte del agua durante su recorrido, desperdiciándola. Estos canales conectaban con otro, el Sacasalada, que todavía hoy lleva el agua del manantial a 80 km. del valle, hacia Frontera.

El objetivo del documental es compartir el conocimiento que ha generado la comunidad científica con la gente del lugar, sobre todo con las nuevas generaciones, que son quienes pueden salvar el valle. Pero para eso hay que enfrentarse a algunos ejidatarios que sienten que se les va a quitar un agua que les corresponde por derecho. Lo cierto es que no se plantea que el agua se quede toda en el río, solo que se mida y se reparta y que se acabe el guachicoleo, para después avanzar hacia plantear nuevos métodos de producción y de riego.

El documental de Jaramillo es un trabajo de denuncia, pero la intención no es señalar a los ejidatarios de la alfalfa. Ellos solo son la consecuencia de la interacción de intereses económicos que no controlan y a los que están injustamente sometidos. De quienes hay que hablar es de las instituciones y personas que se han lucrado permitiendo que las tortugas endémicas de este valle murieran por la desecación de su ambiente.


Cómo el arte puede retratar la crisis de un territorio

En un caso como este es necesario, primero, olvidarse del escenario. Dejar de atender a la supuesta belleza de Cuatrociénegas para poder ver el lugar como es, más allá de nuestra percepción humana y nuestros gustos. Desprendernos de nuestra visión esteticista de la naturaleza, parece ser la estrategia que Jaramillo propone para generar una narrativa que nos ayude a entendernos con la misma.

El discurso del libro se articula a partir de la observación de la ausencia del agua. Capturar la falta de lo que nos da la vida es una forma de retratar la muerte. En las fotos se ve a personas, se retratan iniciativas educativas, se ven seres vivos y criaturas muertas, pero la que se cuenta es la historia del agua. La intención del libro es conseguir que, a través de la belleza de las imágenes la gente se proponga gozar de este ecosistema de otra forma, más allá de las chelas en el río Mezquites. Que a través del registro fotográfico único que se pudo hacer, entiendan en qué lugar están viviendo. En este sentido también es importante considerar quiénes tienen acceso a esta experiencia y quiénes no: La gente de esta comunidad no suele poder ver las cosas que los artistas y científicos con permisos especiales tienen oportunidad de observar.

Es importante educar para despertar las ganas de los lugareños de participar y atestiguar sobre el lugar en el que les tocó vivir. El libro es para la gente de Cuatrociénegas, dice Jaramillo, para que ellos asimilen la información y levanten la voz y se den cuenta de que no es tolerable que las industrias, que Santa Mónica o Soriana, les estén robando el agua del manto freático.


¿Qué influencia puede tener un trabajo artístico sobre un conflicto como este?

Hay que considerar qué es lo que se puede modificar a día de hoy. En este caso y desde el arte ,podemos trabajar sobre la forma en que la gente de Cuatrociénegas entiende este problema. La industria está a otros niveles que son inaccesibles para el arte. Se ha dicho del trabajo deJaramillo que atacaba a los pobres, pero él explica que su relación con la gente de Cuatrociénegas no consiste en acusar, sino en empezar a trabajar por donde puede trabajar, con quien puede trabajar. Entiende que nadie se va a posicionar con el medio ambiente si el gobierno no les da tuberías o medios para solucionar sus necesidades de riego. Pero también cree que ellos tienen que entender que si se va el agua de Cuatrociénegas no va a haber nadie a quien puedan reclamarle.



1La naturaleza te exige otras formas de ver, de estar y de sentir. Te exige un estado de contemplación que te traslade a una temporalidad distinta. Quizá Jaramillo haya tenido que pasar tanto tiempo esperando para hacer cada toma, no porque tuviera que llegar la hora en que ocurriera cierto fenómeno, sino porque necesitaba tiempo para ingresar él en la temporalidad que le permitiese observarlo. (Comentario posterior de Aristeo Mora)

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